Ingredientes:
1 calabaza larga (1,2 kg aprox)
1 cebolla morada
aceite de oliva
1 cucharadita de tomillo seco
500 g de espinacas congeladas
1 nuez moscada entera para rallar
4 dientes de ajo
1 lata de tomate triturado (700 g. )
6 hojas de pasta fresca grande (yo no encontré y usé pasta para lasaña)
50 gr. de queso feta
20 gr. de queso parmesano
Preparación:
Precalentar el horno a 180ºC. Poner la calabaza entera (yo no encontré entera y la puse a trozos, con la piel hacia arriba) y asarla 1h y 30m aprox. Mientras pelar y trocear la cebolla, poner en una cazuela a fuego medio con un chorro de aceite, un pellizco de sal, el tomillo y pimienta y pochar durante 10 min, removiendo de vez en cuando. Incorporar las espinacas congeladas y tapar y dejar otros 15 minutos o hasta que se evapore el líquido y luego retirar la cazuela del fuego.
Retirar las semillas de la calabaza y la piel y chafar la pulpa con un tenedor. Sazonar por separado las espinacas y la calabaza con sal, pimienta y nuez moscada.
Pelar y cortar los ajos en lonchas finas, poner a sofreír a fuego medio un par de minutos (o hasta que se doren) Incorporar el tomate triturado, enjuagar la lata vacía con un chorro de agua y añadirla a la cazuela. Remover y dejar cocer 3 minutos sazonando al gusto.
En una superficie de trabajo limpia extender las hojas de lasaña previamente pasadas por agua hirviendo un par de minutos, ablandarlas nada más, (con pasta fresca esto no hará falta) repartir la calabaza por al pasta, luego las espinacas por encima y el queso feta desmenuzado. Enrollar las hojas y cortar en trozos como de 4 cm aprox, disponiéndolos en la salsa de tomate. Rallar el queso parmesano por encima y echar las hojas de salvia (si tienes y las usas, yo tampoco conseguí) y un chorro de aceite. Poner a hornear 35-40 minutos tapar con papel de aluminio y colocar en la parte baja del horno, A media cocción retirar el papel de aluminio y hasta que quede dorada y crujiente,
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